El domingo me levanté con muchas ganas de vivir. Amanecí temprano y fui a desayunar. Me volví a acostar, siesta mañanera y me preparé para ir a comer a algún lugar. Las chicas, que ya me conocían mejor que yo, me recomendaron Barrancos. Con los taxistas siempre me pasa lo mismo, le bajo el precio y después como me llevo tan bien termino pagándole el precio que dijeron inicialmente. Todos me comentan, sin introducción, “Que la sigan chupando eh”(Les encantó la frase del Diego)… En general no tienen introducción al tema, como mi amigo el pelo. Te empiezan a hablar pensando que vos estas en su cabeza. Llegué a Barranco y había un grupo de Capoeira practicando en la calle. Música en vivo y baile, combo letal para que me quedara una hora mirando. Subí por una escalerita a un mirador muy turístico. Se veía el mar, las montañas, gran paisaje. Me compré una pulserita de… algún cereal. Y, mirando el lugar, tenía ganas de estar ahí, aunque no había nadie. Así que me las ingenié para bajar y llegar a unas rocas en las que el mar pegaba. Me di cuenta que había un sendero para llegar mucho más fácil. Cuando reaccioné adonde estaba, me subió una gran emoción. Había llegado después de todo hasta ese lugar, se me llenaron lo ojos de lágrimas.
El mar tenìa una sonido como a pequeños truenos cuando la ola regresaba. Una mùsica fuerte, natural y gratis. Así que acampé ahí entre las piedras. Las piedritas era my suaves. Comencé a tirarlas contra el mar. Antes de tirar analizaba las piedras y así observé una que parecía pintada a mano. Era de color azul con círculos blancos y además era muy suave al tacto. Me la guardé en el bolsillo. Encontré otra con perfecta forma de corazón que también guardé. Estuve un ratito y me dio ganas de meditar. Cerré los ojos y comenzó el viaje.
Estaba en el límite justo en que las olas llegaban, por eso a veces me salpicaba alguna ola. La meditación fue especial, el sonido y el olor a mar me daba mucha paz. Pero cuando me salpicaba el agua me desconcentraba así que me paré para buscar otro lugar. Tomé una piedra que había visto, grande y perfectamente circular.
En ese momento... una chica que no había notado antes, me llama con la mano. Me acerco y comienza a preguntarme que era lo que estaba haciendo. No me miraba a los ojos cuando me hablaba, estaba muy avergonzada. Tenía un gorro y miraba para abajo. No podía verle la cara. Estaba meditando, le conté. Me estaba empezando a preguntar si le podía enseñar. “Querés que meditemos juntos?” interrumpí. Sonrió.
Entonces empecé guiarle una meditación. Ella escuchaba y seguía los pasos con atención, me volteé a mirarla y estaba con los ojos abiertos así que le dije que los cerrara. Comenzamos y era muy lindo, yo lo estaba disfrutando mucho. Me daba risa que a veces el mar hacía mucho ruido o ella no me comprendía la palabra. Yo le decía “llevamos la atención al entrecejo”. “El qué?” me decía con la misma voz lenta que yo le hablaba. Que risa.
Meditamos por cuarenta minutos aproximádamente. Cuando le dije que abriera los ojos, le pregunté como estaba. Sinceramente, no sabía lo que me iba a responder. Me dice: “Que lindo” Estaba emocionada… levantó la cabeza y me miró. Tenía unos ojos súper chiquitos, casi solo pupilas. “Nunca había hecho esto. No me lo voy a olvidar nunca, lo voy a llevar por siempre en mi corazón”. Que hermosura de persona pensé.
Entonces me empezó a hacer preguntas como si yo fuera un sabio. “Y cuando uno tiene mucho miedo de algo que haces? Vos por ejemplo que viajas solo? Cómo haces con el miedo?”. Yo le respondía todas las preguntas con seguridad, me sorprendía de mí. “Primero me fijo de donde proviene el miedo, porque generalmente son imaginaciones que la mente hace sobre el futuro. Si volvés al presente el miedo desaparece. Y si todavía persiste está bueno enfrentarlo”. “Ah…”, no me cuestionaba nada y me hacía una nueva pregunta sobre otro tema.
“Crees que estamos en armonía con el universo?”. Entonces cantamos “Ohm” cuatro veces. Una se lo expliqué y el resto juntos. Ella sacó una libreta y comenzó a anotar todo lo que hablabamos, hasta la meditación que hicimos. Y todo le sorprendía, era como una niña. Fue un encuentro muy lindo. Coincidir es amor. Seguimos charlando. Entonces ella quería enseñarme algo y me mostró una técnica de relajación en los pies. Eran masajes en los pies muy buenos y descontracturantes. Me explicaba cada órgano adonde estaba en el pie. Después me hablaba sobre ángeles y me enseño unos ejercicios físicos para antes de dormir. Le pregunté el nombre: “Eva” no podía llamarse diferente. Eva estaba ahora muy suelta.
En un momento me dice que yo era una persona de gran corazón que parecía un angel. No recordaba que me hayan dicho algo tan lindo (sacando a mi madre obviamente). Pensé en Flor que dice que cuando uno acusa a agluien con el dedo, tres dedos te apuntan hacia vos. Ella era tres veces más angel que yo.
Entonces cayó un poco la oscuridad en la playa y el frío. Por suerte tenía mi super pullover con cierre y capucha. Antes de irnos de la playa le mostré las piedras que había encontrado. "woooowwww..." No podía creer así que le dije "elegí una". "no elige vos" y le regalé la del corazón y la grandota redonda. Me quedé con la azul.
Nos fuimos caminando hasta la plaza. La charla era muy fluida y nos llevábamos muy bien. Hablamos de cosas más mundanas. Tenes una vida increible, me decía. Entonces pasamos por la Iglesia y yo quería entrar a conocerla. Al entrar gente rezando y unos chicos tocando la guitarra y cantando. Nos acercamos a ellos. Y por micrófono anunciaron “En quince minutos comienza la misa”. Buenismo, pensé. Mi primera misa.
Comenzó a hablar el cura y se basó en una frase "Busca a Dios, Encuéntralo y ámalo". Explico cada palabra, muy lindo. Me di cuenta que todos buscamos lo mismo. Ella me dijo "no vi a nadie mirar la misa con tus ojos". Eva era pura poesía. Le confesé, "nunca estuve en una misa". Abrió los ojos y pude verle el color blanco. Le hice señas de silencio "shh" y comenzó a reirse. Ya sos católico, tenés que ir todas las semanas a una. Vamos a que te den la ostia. Que tengo que decirle al cura, le pregunté. "Amén". La ostia no tenía gusto a nada, pero mal, mal, mal eh... tipo papel, malmalmal... no era mejor dar una papa frita? Perdón.
Bueno, Eva me fue a mostrar el Santo Peruano. Era de color café a diferencia del resto y encontró en el suelo un dige del santo de madera y me lo regaló. Que lindó, me encantó. Me enseñó algunas cosas de la iglesia. Que en el pesebré "el niño" se pone a las 12 de Navidad. Pensé pobre cura tener que estar solo en la iglesia para poner el muñequito a las 24hs del 24.
Salimos de la iglesia, y nos abrazamos por largo tiempo. Nos estabamos despidiendo, ya le había pasado mi mail. Ella no tenia. Fue un momento muy lindo. La despedí y empecé a caminar, pensando en ella...
En eso me toca la espalda, era ella devuelta. Me abraza nuevamente. Podríamos habernos besado pero no surgió. Estaba bien así. Entonces me pide mi dirección de Argentina real. La anota y saca un libro "el Secreto" y me lo regala. No podía aceptarcelo, eva es muy humilde y le debe haber costado mucho ese libro. "Si yo te lo doy es porque quiero que sea tuyo". También me da una pulsera con todos los santos. Que lindo, yo no tenía mucho para regalarle. Ah sí, le di la piedrita azul con blanco que tenía y la invité un arroz con leche. Nos sentamos en la fuente a comer el arroz con leche. Ella me dijo, "desayuna como un rey, almuerza como un principe y cena como un mendigo". Me dio risa, "¿ah te referis a que tengo que pedir plata para cenar?". "Sos una gran persona, de gran corazón" me dijo, "pronto tendrás tus hijos me dice con una persona que ames, no te preocupes". No le había comentado nada de eso, pero fue lindo lo que me dijo. Eva veía más allá de lo que se ve.
Nos abrazamos nuevamente, esta vez el abrazo fue interminable. Nos dimos un beso en la mejilla, largo y me acompaño a mi taxi devuelta al hotel. Estaba en armonía con Perú. Al llegar no me molestaban las músiquita de navidad. Hasta podría haberle dicho, podrías ponerla más fuerte. Les dejé el libro a las chicas y me fui a buscar una cena liviana. Al llegar, a una le pareció interesante el libro, lo noté, no me dijo nada. "Te dejo el libro para que lo leas". "No, no lo va a leer usted?" "Si otro dia", se lo quedó contenta.
5 comentarios:
excelente cabe. Me encanto leer esto, en serio.
matias
A mi tambiém me gustó leerlo tibu...te deseo lo mejor...un beso grande...Leo.
Una papafrita!!!! pero claro, como no se me ocurrio antes? toda la primaria torturado y pensar que la podian haber hecho tan fácil. Te deberian nombrar Papa, aunque con tus innovaciones a la iglesia mas que papa te nombrarían, el Papa...frita!!!
Un abrazo de corazón y gracias por dejarme ser parte de tus escritos.
Felices fiestas amigo.
Seba
angel, Dios, enviado de dios? que mail mas hermoso!!! y lo de la papa frita, que no te escuche Burger king o MC donalds, que te van a copiar la idea, y seguramente transaran con la iglesia.
guarda todos estos escritos que se me ocurrienron muchas ideas para publicar todo esto que es fantastico.despues, cuendo llegues te lo cuento ,a ver si un pirata me roba la idea.
que bien que te la estas arreglando, solo, sin red, sin mebargo, llevas un medio mundo que te sirve para vos y para todos nosotrs que te leeemos-En estos momnetos estamso en Azul, en la casa de Franco, Joaqyuin por un lado y Franco por ootro, asi que sos leido por un monton de grnte, estas navidades van a ser inolvidsables para vos y para los que te leeemos.
Te mando un beso y espero noticias del Cuzco.
MaMA
Hola Dario!! estube hasta hace un rato con tu mama y con los chicos y me contaron de tu viaje!! buenisiimoooo, el lugar debe ser increible yo tenia ganas de ir este verano pero bueno no se da.. sera otro, estube leyendote me gusta mucho como escribis!!, tenes muy buena descripcion.
Me imagino q este viaje debe ser una experiencia barbara para vos y me alegro mucho, te mando un beso
adriana de Azul
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