lunes, 16 de enero de 2012

Un largo camino a Bad Antagost

En el aeropuerto tenía un rato libre. Así que iba a aprovechar para imprimir invitaciones y demases que puedan pedir en Alemania. Pregunté si había Internet, era Wifi y tenía que pagar 20 reales. Quería cambiar mis reales y comer así que lo descarté.
Comí algo y escribí bastante. Parte de esto. Parte de sentimientos internos en mi cuaderno. Parte del aire.
Mi avión despegó, al lado mío una brasilera que iba a visitar a su novio en Frankfurt. Cada uno, una historia. La brasilera estaba copada. Hablaba un poco de español, pero nos comunicamos mejor en Inglés. En el avión podías elegir películas y series, así que comentábamos lo que pensábamos de cada una… Los pitufos, Los smurfis en portugés… En fin, comí mi comida vegetariana(me enojó un poco que tuve que avisarles que era vegetariano, aunque ya lo había hecho en el checkin y que me lo trajeron último, exigencias superfluas). Dormimos, nos apoyábamos hombro con hombro con la brasilera. Estuve con ganas de apoyar mi cabeza sobre su hombro pero me pareció mucho.
Llegamos rápidamente. Y me alteré porque el avión llegó más tarde de lo esperado y yo tenía mi pasaje de tren en 1 hora y media. Al bajar del tren, nos saludamos con la brasilera a distancia. Nunca más te veré.
Estaba haciendo la cola de migraciones y comencé a sentir nervios, porque el tipo hacía preguntas de todo tipo. Uh, comencé a presentir algo no bueno. Ya que pedía hospedajes y esas cosas. Yo ni siquiera tenía dirección del Ashram, ni hoteles, nada. Únicamente la impresión del tren que me llevaba a Oppenau. Ahí llamaría al ashram desde un locutorio con internet y me pasarían a buscar.
El tema es que le entregué el papel del tren que era lo único que tenía y lo tiró a un lado como que no valía nada. Vas a ver a Ravi Shankar, Tenés el teléfono de él. Cómo explicarle que era un gurú y qué es un ashram, y que él no me espera a mí sino que yo lo espero a él. Se complicó.
A la comisiaría interna. Me mantienen detenido, un rato para averiguar sobre mi pasaporte. El tipo miraba el pasaporte con lupa. El tiempo pasaba… ya descartaba mi tren ahora quería entrar y no volver a Brasil tan pronto.
Venían muchos sudamericanos a la comisaría. Chilenos y argentinos sobre todos. Cada uno con su historia, pero todos tenían mejor historia que la mía. Ah, que la espera su amiga afuera, llámela. Que viene a lo de su hermana… etc.
Le expliqué cada detalle de mi viaje a un tipo que hablaba español. Me pidió pruebas y les dije que las tenía en mi mail. Me pidió la página, le digo gmail.com… no entendía nada. Buscó a Ravi Shankar en Internet y me detuvieron una hora más y me dejaron ir. Entonces le empecé a preguntar en Inglés como llegar al tren. Ah, hablás inglés, no sabía, hubiera dejado irte antes. No me preguntaste, cabezón; y me hiciste perder el tren.
Eran las 16:30 y fui a la terminal de tren del aeropuerto, tenía que ir hasta la terminal principal. Estaba en Alemania, hacía frío y era de noche, creo que mi ser no entendía lo que los sentidos le desplegaban. Tanto cambio repentino. Estaba un poco solo y desolado. Le pregunté a un tipo con bigotes con una cerveza si llegaba a las 16:50hs. a mi tren desde estación central. Me dijo que no, porque le próximo tren a la estación venía 1647 y tardaba 5 minutos. Ok, igual a esa altura ya no me importaba.
El tipo no paraba de hablarme. Cómo explicarle que viví una situación tensionante y que necesitaba descansar y mirar el paisaje. Retiré mi sentido del oído y solamente veía como sus labios se movían a veces mientras miraba el paisaje. De todas formas me ayudaba y me guiaba detalladamente. Lo bueno era que el flaco no chequeaba mi atención con preguntas. Así que lo dejaba hablar, creo que era algo del futbol y de los subtes, en fin,El paisaje era alucianante, pero medio espelugnante, porque era de noche y era muy temprano y con mucho frío. No tenía frío pero hacía frio. Estaba con jean, no me había cambiado con ropa de ceros grados todavía.
No llegué nunca a mi tren. Al entrar a la oficina de mi compañía, había un italiano, haciendo mucho lío. Navidad, decía! Sos una hipócrita. Vinieron 6 personas de seguridad que le llevaban 2 cabezas o tres y él les amagó a pegarles. Muy cerca y lo tomaron de la mano y dijo. No tocar. Hay cámaras. Filme, movie… todo a los gritos muy italiano y los de seguridad lo soltaron. Si hubiera estado de mejor humor me hubiera reido, ahora solo sonreía. El italiando, en verdad conocía sus derechos o parecía eso.
Lo mío fue mucho más tranqui. Pero me dijeron que ya no quedaban trenes… es decir que pasaría mis navidades lejos, en Frankfurt y solo. La idea me ponía triste. Pensé en decirles hipócritas lo de la navidad y todo eso. Pero solamente me fui al anden, sin agradecer. Penelope, estaba triste.
Tiene que haber una solución, ni siquiera sabía donde quedaba el lugar adonde tenía que ir. No había internet en la estación de tren. Me compré un dulce. Y relajé un poco.
Ok, decidí sacarme un tren hacia un lugar camino al mío en la que tenía una parada. Era a media hora de tren de mi última parada.
Tomé el tren. Tuve que hacer una combinación. Preguntaba a la gente que estaba cada uno en la suya. Me bajé de mi primer tren y tomé otro. En la combinación vino mi ángel.
Un señor mirando un mapa, le conté toda mi situación. Tenía su Iphone con él. Buscamos primero Oppenau, a qué distancia estábamos. Eran unos 30 kilómetros en taxi unos 60 euros. Pero fui un poquito más y le pedí que busque el ashram(casa del maestro) en internet. Lo encontramos y encontramos el télefono. Llamó él sin que le pidiera y habló en alemán. Estaba realmente aliviado. Me venían a buscar desde el Ashram, hacia donde llegaba yo. Offenburg. Qué alivio. Ya estaba todo solucionado, escribí la dirección del ashram, le agradecí, casi lloro. El estaba contento también llamó a sus padres y a un amigo de Argentina pero no pudo comunicarse con él. Llamó a su casa y yo hablé pero me pasaron su celular pero tampoco pude comunicarme.
Entonces, llegamos a Offenburg, le agradecí con un gran abrazo. Era una persona grande, le pedí su Facebook. Nunca lo agregué, pero era una persona encantador con un gran servicio. La piel muy clara, el pelo blanco ojos celestes, de unos 60 años.
Llegué a Offenburg a las 19:30hs, me quedé ahí hasta las 20:30hs que pasaban a buscarme. Tenía una hora en auto la gente desde el ashram. Era muy de noche. Entré a un restaurante, que no hablaban inglés. Le pedí una comida vegetariana, nos entendimos. Me dio algo similar a un sanguche, llenos de vegetales adentro, por 4 euros. Me fui rápido a la estación por si llegaban antes y me quedé en un lugar cerrado para no tener frío. Pregunté si esa era la entrada principal y me dijeron que sí. Esperaba que me encontraran. Se hicieron las 21hs. Había corridas de repente entraban unos chicos, no tan chicos. Al rato pasaba la policía. Me miraban todos. No estaba nada cómodo. Salí de la estación, quería ver que pasaba, por qué no pasaban por mí. Encontré un teléfono y llamé al ashram. No sabían que había pasado les comenté el lugar adonde estaba. Por fin llegaron 21:30. Yo estaba con una foto de guruji. Así que me vieron y se rieron. Eran dos. Uno que hablaba muchísimo, Indra se llamaba, y me comentó que pensó que está parte estaba cerrada que habían venido a buscarme pero no me habían encontrado.
Entré a al combi y el otro chico que habían buscado puso unos bhajans conocidos. Hablamos un rato y teníamos que esperar a dos personas más que estaban llegando a offenburgo. No era el único entonces. El de la combi, trajo una pizza y me convido una porción. Viajamos, entramos a unas montañas y comenzamos a subir. Estabamos un gran lugar y llegamos al ashram en el medio de la montaña. Yo estaba cansado. Le dimos 5 euros cada uno. A mi me dio vergüenza un poco, creía que valía más pero fue lo que pidió.
Entré al ashram dejé mi bolso en la recepción y comencé a encontrar caras conocidas. Me abracé con algunos más que con otros. Santi me hizo registrarme. Me pidieron que hablé con Lucía quien iba a ser mi Jefa para hacer servicio en el Ashram. Yo estaba realmente cansado. Hablé con Lucía, no me cayó mal para ser jefa. Me dijo que mañana podía evitar hacer las prácticas y desayunar y juntarme con ella. Me encontré con Vero, una amiga. Nos dimos un fuerte abrazo. Abajo me dieron de comer un sopa. Vero me tradujo lo que me había dicho Lucía, que duermas porque el laburo es agotador. Ella estaba haciendo seva(servicio). Yo no estaba pagando nada en un lugar que era un lujo total, no me quejaba.
Se hicieron las 24hs navidad. No pasó nada. Vino Gian, una sonrisa con corazón caminando. Le dio un regalito a cada una de las chicas que estaba cenando conmigo. Vero y Debi. Yo estaba con ellas y creo que ligué regalo no planeado por él. Una foto de Guruji y un baghabad gita. Wow. Que buen regalo de navidad. A dormir.
Me ubiqué en mi habitación. Era tarde ya, alrededor de las 23hs. Compartía habitación con 2 hindúes, me dijeron sus nombres. Sus nombres no llegaron hasta mis oídos. Iban a ser un lindo seva, cuidar al guru, que nadie entré a su habitación. Yo los elogié y ellos estaban contentos.
La habitación era en un sótano, no teníamos camas, me consiguieron unas frazadas y puse mi frazada encima. Era como un empleado del lugar. Dormi espectacular. Mañana sería navidad, en Alemania no se festeja a las 24hs. Sino en el día, suena lógico.

viernes, 13 de enero de 2012

chau Río

Al otro día ya me estaba yendo de Río con una sensación interna agradeble, satisfacción. Al levantarme la veo a Lili que estaba por la mañana. Lili, tenía el pelo rubio y unos ojos muy profundos. Le digo buen día, tenía una dulzura y una simpatía que agradaba a todos los hombres, por lo que suponía que me registraba menos de lo que yo pensaba. Buen día me responde con una cara muy especial. Mucho brillo. No te vi ayer, me dijo. Me gustó que me haya dicho eso. No, estaba perdido en Lapa; le respondí. Ah que pena, quería verte, me dijo con ese acento especial. Si yo también, era verdad. Le vienen a pedir cambio de reales y le dijo que debía ir a un lugar que era el más barato. Solo con vos, recordándome que me cambió ella de su dinero reales por dólares. Le tiré un beso en el aire y lo agarró. Le pregunté donde ir y me dijo a un lago. Me parece que la hice trabajar cuando estaba en otra onda.
Al salir la española, estaba en la puerta. Le pregunté que va a hacer y me dice que va al shopping a comprar un teléfono, quedaba para el lado del lago.
Te acompaño le dije. Pasamos por el lago, nada del otro mundo. La española se quejaba del calor. Yo la molestaba con que se quejaba mucho y nos reíamos, teníamos mucha confianza. Nos sentíamos muy natural los dos. Jodíamos mucho a las personas sin que se dieran cuenta. En fin la pasamos muy bien. Ella no consiguió su teléfono, yo consegui que en el lugar que vendían teléfono me imprimieran un ticket de tren de Alemania.

En fin, llegamos al hostel. Estaba el colombiano me dijo si lo esperábamos que se iba a comprar un teléfono, yo le conté que te piden el documento brasilero para eso pero fue igual. Nos fuimos a la playa con la española, se llamaba Vanesa. Primero fuimos caminando y después en una combi que recorre la costa. Ella quería ir al puesto 5 para llamar a unos amigos.

Hicimos un poquito caminando y otro poquitito a pie y otro en unas combis de 2,30 reales. La invité yo y le gustó. Bajamos en el puesto 5, ella se fue al locutorio y yo a la playa. Había un sol quemador y por pedido de Vanesa(la española) me alquilé una sombrilla. El Sombrillero me la instaló al lado de dos chicas con cuerpos argentinos. Comencé con la respiración y la meditación. Muy disfrutable. La española me despertó torpemente cuando ya había terminado. Me pidió perdón pero ya estaba. Creo que la gente no sabe como actuar frente a alguien que está meditando. Lo mejor es no interrumpir. Pero ella estaba pasada porque había gastado toda su plata y no se había podido entender con sus amigos. Vienen para aca pero estamos un poco lejos del puesto 5, voy a esperarlos allá. Ok. Se fue. Les pregunté a las chicas si preferían mirarme las cosas o se las dejaba con ella. Me dijeron que las deje con ella. Le dejé las cosas a las chicas delgadas y me fui al mar. Costó entrar pero cuando entré estaba muy disfrutable. Estaba un poco sucio. Volví y me di una ducha. Pasaba uno que vendía queso caliente y le pedí unos. Le ofrecí uno a las chicas pero no querían. Les dije que quería choclo. Volvió la española, sin sus amigos. Estaba enfurecida, le pidió a las chicas si les prestaba el celular. A mi me dio vergüenza, pero ellas estaban bien, se lo prestaron. Eran dos hermanas tenían pecas en los mismo lugares. Otras personas usaron nuestra sombrilla, así que una de las chicas les pide al sombrillero que ponga otra sombrilla junto a ellas. Eran muy bonitas y muy buena onda. Nos sentamos la española en el medio. Me preguntó si quería cambiar de lugar para hablar con las chicas. No, esta bien, pero me fui al mar de vuelta y la más chiquita de las hermanas y la española fuimos. La otra se quedó cuidando las cosas. Un hombre miraba demasiado a la hermanita, me dio un poco de vergüenza ajena. Volvimos, hablamos un poco más. Ellas vivian a dos cuadras de la playa. Se fueron a almorzar a su casa y nosotros nos quedamos con Vanesa. Yo me tiré y ella se sentó apoyando la espalda sobre mi panza. Habia bajado la ansiedad por ver a sus amigos. La última noticia eran que estaban en el puesto 9. Descansamos un rato, relajamos. Fuimos para allá.
En el camino un hombre se nos acerca y me dice de limpiar mis zapatillas. De repente tenía una mancha de mostaza gigante que no había visto. Me quedé parado y el hombre comenzó a limpiarme. Le dije a Vanesa, me lo tiró él. Le buscamos el pomo o algo y no le encontramos. Te limpio el otro? no, gracias. Le doy 2 reales y me pide 20, le digo: Ok, te doy 5. Y me dice 10. Fue una discusión, al limite de ser agresiva. A mi no me molestaban los 5 reales, pero se sentía estafado. Terminé dándole los 10 reales. El hecho que con Vane nos quedamos mal. Nos fuimos caminando en silencio y con mala onda.
Entonces dijimos, para no podemos seguir así. Que podemos hacer para sacar esta queja. Hagamos algo. Vamos a la policía, le dije. Preguntamos, había una policía enfrente. Una estación portátil de la policía enfrente. Le cuento la historia en español. Vane sabía Portugués, pero quería contárselo yo primero. Me entendieron perfectamente. Fueron adentro y buscaron un palo negro. Me preguntaron como era lo describimos y Vane increíblemente dice Ahí está. A 200 metros se ve una remerita azul. No sé como lo identificó, la verdad yo no me acordaba nada de él. La policía lo fue a buscar y el cruzó la calle costanera y como que los espero a que vinieran. Lo trajeron, pasó por al lado mío y yo todavía no lo identificaba. Por suerte la policía sale del interrogatorio diciendo. Dice que fueron 5 reales. Osea era él.
Me pidieron que los acompañara a la comisaría para que vaya preso. Le dije, la verdad que no me parece para tanto. Simplemente me gustaría que no siga estafando y listo. Sale el chico de la estación portátil de policía. Me da los 10 reales. Inventando una historia de que el me había pedido 5 y yo le di 10. El policía se enoja y le dice. No quiere que vayas a la cárcel. Simplemente quiere que trabajes honestamente, te conviene aceptar la verdad. Me mira a los ojos. Yo me acercó casi para abrazarlo y pedirle disculpas y se va. Podría haberle dado los 10 reales, pero me los quedé por el esfuerzo de la policía.
Así que invité a Vanesa unos choclos. Después un licuado y estábamos. Vane me acompañó al hostel yo tenía que armar las valijas e irme. Despedí a todos. No me pude despedir de Lili. Me fui en colectivo. Eran las 18:30 y mi vuelo salía a las 23, pero tenía 2 horas en colectivo. Y podía tardar 1 hora en llegar.
Saludé a algunos pero vuelta. Me fui rápido, realmente me costaba dejar el lugar. Como tantos lugares que me quedan pendiente regresar, alguna vez.