viernes, 13 de enero de 2012

chau Río

Al otro día ya me estaba yendo de Río con una sensación interna agradeble, satisfacción. Al levantarme la veo a Lili que estaba por la mañana. Lili, tenía el pelo rubio y unos ojos muy profundos. Le digo buen día, tenía una dulzura y una simpatía que agradaba a todos los hombres, por lo que suponía que me registraba menos de lo que yo pensaba. Buen día me responde con una cara muy especial. Mucho brillo. No te vi ayer, me dijo. Me gustó que me haya dicho eso. No, estaba perdido en Lapa; le respondí. Ah que pena, quería verte, me dijo con ese acento especial. Si yo también, era verdad. Le vienen a pedir cambio de reales y le dijo que debía ir a un lugar que era el más barato. Solo con vos, recordándome que me cambió ella de su dinero reales por dólares. Le tiré un beso en el aire y lo agarró. Le pregunté donde ir y me dijo a un lago. Me parece que la hice trabajar cuando estaba en otra onda.
Al salir la española, estaba en la puerta. Le pregunté que va a hacer y me dice que va al shopping a comprar un teléfono, quedaba para el lado del lago.
Te acompaño le dije. Pasamos por el lago, nada del otro mundo. La española se quejaba del calor. Yo la molestaba con que se quejaba mucho y nos reíamos, teníamos mucha confianza. Nos sentíamos muy natural los dos. Jodíamos mucho a las personas sin que se dieran cuenta. En fin la pasamos muy bien. Ella no consiguió su teléfono, yo consegui que en el lugar que vendían teléfono me imprimieran un ticket de tren de Alemania.

En fin, llegamos al hostel. Estaba el colombiano me dijo si lo esperábamos que se iba a comprar un teléfono, yo le conté que te piden el documento brasilero para eso pero fue igual. Nos fuimos a la playa con la española, se llamaba Vanesa. Primero fuimos caminando y después en una combi que recorre la costa. Ella quería ir al puesto 5 para llamar a unos amigos.

Hicimos un poquito caminando y otro poquitito a pie y otro en unas combis de 2,30 reales. La invité yo y le gustó. Bajamos en el puesto 5, ella se fue al locutorio y yo a la playa. Había un sol quemador y por pedido de Vanesa(la española) me alquilé una sombrilla. El Sombrillero me la instaló al lado de dos chicas con cuerpos argentinos. Comencé con la respiración y la meditación. Muy disfrutable. La española me despertó torpemente cuando ya había terminado. Me pidió perdón pero ya estaba. Creo que la gente no sabe como actuar frente a alguien que está meditando. Lo mejor es no interrumpir. Pero ella estaba pasada porque había gastado toda su plata y no se había podido entender con sus amigos. Vienen para aca pero estamos un poco lejos del puesto 5, voy a esperarlos allá. Ok. Se fue. Les pregunté a las chicas si preferían mirarme las cosas o se las dejaba con ella. Me dijeron que las deje con ella. Le dejé las cosas a las chicas delgadas y me fui al mar. Costó entrar pero cuando entré estaba muy disfrutable. Estaba un poco sucio. Volví y me di una ducha. Pasaba uno que vendía queso caliente y le pedí unos. Le ofrecí uno a las chicas pero no querían. Les dije que quería choclo. Volvió la española, sin sus amigos. Estaba enfurecida, le pidió a las chicas si les prestaba el celular. A mi me dio vergüenza, pero ellas estaban bien, se lo prestaron. Eran dos hermanas tenían pecas en los mismo lugares. Otras personas usaron nuestra sombrilla, así que una de las chicas les pide al sombrillero que ponga otra sombrilla junto a ellas. Eran muy bonitas y muy buena onda. Nos sentamos la española en el medio. Me preguntó si quería cambiar de lugar para hablar con las chicas. No, esta bien, pero me fui al mar de vuelta y la más chiquita de las hermanas y la española fuimos. La otra se quedó cuidando las cosas. Un hombre miraba demasiado a la hermanita, me dio un poco de vergüenza ajena. Volvimos, hablamos un poco más. Ellas vivian a dos cuadras de la playa. Se fueron a almorzar a su casa y nosotros nos quedamos con Vanesa. Yo me tiré y ella se sentó apoyando la espalda sobre mi panza. Habia bajado la ansiedad por ver a sus amigos. La última noticia eran que estaban en el puesto 9. Descansamos un rato, relajamos. Fuimos para allá.
En el camino un hombre se nos acerca y me dice de limpiar mis zapatillas. De repente tenía una mancha de mostaza gigante que no había visto. Me quedé parado y el hombre comenzó a limpiarme. Le dije a Vanesa, me lo tiró él. Le buscamos el pomo o algo y no le encontramos. Te limpio el otro? no, gracias. Le doy 2 reales y me pide 20, le digo: Ok, te doy 5. Y me dice 10. Fue una discusión, al limite de ser agresiva. A mi no me molestaban los 5 reales, pero se sentía estafado. Terminé dándole los 10 reales. El hecho que con Vane nos quedamos mal. Nos fuimos caminando en silencio y con mala onda.
Entonces dijimos, para no podemos seguir así. Que podemos hacer para sacar esta queja. Hagamos algo. Vamos a la policía, le dije. Preguntamos, había una policía enfrente. Una estación portátil de la policía enfrente. Le cuento la historia en español. Vane sabía Portugués, pero quería contárselo yo primero. Me entendieron perfectamente. Fueron adentro y buscaron un palo negro. Me preguntaron como era lo describimos y Vane increíblemente dice Ahí está. A 200 metros se ve una remerita azul. No sé como lo identificó, la verdad yo no me acordaba nada de él. La policía lo fue a buscar y el cruzó la calle costanera y como que los espero a que vinieran. Lo trajeron, pasó por al lado mío y yo todavía no lo identificaba. Por suerte la policía sale del interrogatorio diciendo. Dice que fueron 5 reales. Osea era él.
Me pidieron que los acompañara a la comisaría para que vaya preso. Le dije, la verdad que no me parece para tanto. Simplemente me gustaría que no siga estafando y listo. Sale el chico de la estación portátil de policía. Me da los 10 reales. Inventando una historia de que el me había pedido 5 y yo le di 10. El policía se enoja y le dice. No quiere que vayas a la cárcel. Simplemente quiere que trabajes honestamente, te conviene aceptar la verdad. Me mira a los ojos. Yo me acercó casi para abrazarlo y pedirle disculpas y se va. Podría haberle dado los 10 reales, pero me los quedé por el esfuerzo de la policía.
Así que invité a Vanesa unos choclos. Después un licuado y estábamos. Vane me acompañó al hostel yo tenía que armar las valijas e irme. Despedí a todos. No me pude despedir de Lili. Me fui en colectivo. Eran las 18:30 y mi vuelo salía a las 23, pero tenía 2 horas en colectivo. Y podía tardar 1 hora en llegar.
Saludé a algunos pero vuelta. Me fui rápido, realmente me costaba dejar el lugar. Como tantos lugares que me quedan pendiente regresar, alguna vez.

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