domingo, 28 de septiembre de 2008

Brillante Luz del Interior

Me siento como una rueda con una energía similar al Sol. Es incríeble cuando el descanso se siente en mi cuerpo. Y lejos estoy de perderme en el delirio de la atracciòn en forma de curvas, pero me duele tener el ardor en mi cuerpo que busca un poco de canalización. La paciencia misteriosa me hace buscar caminos donde el amor sea el mar. Como un puente de madera cruzando por el océano, así voy en dirección a lo que siempre quise. Escuché tantas palabras equivocadas que casi me tumban del puente y me dejan caer en el mar de amor. Asì ahogarme en este y no poder respirar más. Sin embargo lo estoy comenzando a dominar. Como un chico parado en el trampolín, llamando a su madre para que lo mire, así equivocadamente busqué llmar tu atención y nadar en tu río.

Ahora me siento inicar un vuelo bajo que tengo que controlar para no irme muy arriba y desconectarme de todo. Solo me siento mejor que ayer, y así mi vida va...

Cuando el océano estaba en estado de evaporización y la sequía querìa relucir una tierra seca, ahi encuentro unas nubes, muy oscuras, y esta vez me dan alegrìa y realimentan la sonrisa en mi estómago. Esta por llover, y aunque parece que todo el tiempo amaga y no llueve. Tengo fé, creo, confìo, ilusiono, tengo paciencia, te espero, te acepto, me relajo, te miro, lo siento, te admiro. Porque tengo la más simple y mejor virtud que un ser humano puede tener. Puedo... amar.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Algo hay que hacer

Sería muy fácil...
preocuparme por llegar a fin de mes.
No pedirle a mi mente que me de más ideas que ayer.
No exigir a mi cuerpo un poco de esfuerzo más.
Esconder mi poesía dentro mío.
No mirar a los ojos al mendigo que pide piedad.
No buscar la sonrisa de cada niño que pasa por mi camino.
Sentir que mi vida se limita a no molestar y pasarla lo mejor posible.
Mirar hasta donde mi horizonte puede mirar.
No cuidar mis sueños y olvidar los deseos que puedo cumplir.
Ir por el camino más seguro y más corto.
Llegar al placer hoy sin preocuparme por mañana.
No hacer nada por el otro que me está pidiendo una mano.
Trepar por mi escalera posándome sobre las cabezas de mis compañeros.
No preocuparme por el medio ambiente y pensar en que hoy estamos y mañana no.

Ahora yo creo que hay gente que día a día está haciendo de este mundo un poco peor sin impórtale en absoluto el ser desconocido.
Con su ego como bandera y despreciando de todo lo que sus ojos no ven.
Ignorando la cara de aquel niño de pies descalzos que limpiándose los mocos, le pide una golosina del kiosco.
Arruinando cada especie viviente, consumiendo al máximo para aprovechar cada ganancia personal.
Presionando y con miradas frías subestimando a cada alma soñadora.
Limando las esperanzas de que esto crezca.
Poniendo la soga al cuello del que desea seguir sus sueños.

Entonces me pregunto? Que vamos a hacer al respecto? Que pensamos hacer con nuestras vidas? Transcurrir en esta vida olvidando nuestras esencias a un lado para que no molesten a nadie. Cuando esta tierra llora para que vos la cuides, seguiremos dándole la espalda. Cuándo la alegría explote desde tus venas, vas a sublimarla. Vas a dejar que la sociedad empuje al vacío tus sueños? Vas a guardarte todas esas sonrisas que esos niños están esperando? No vas a esforzarte para dar un poco más en el camino acertado, prolija o desprolijamente? No cuidaras de este planeta para que mañana te sientas mejor de lo que generamos todos juntos? Pasaras el último día de tu vida con la esperanza de que todo cambie sin hacer nada?

lunes, 1 de septiembre de 2008

huesped

Te encerré en mi cuerpo, cuando te vi llegar te ignoré con total impunidad. Desprecié tu talento y veo como te angustias perplejo con ganas de volar. Me perdí en las ganas de buscar una aceptación y en los deseos ajenos que quise cumplir. Te moleste con algunas burbujas que exaltaban tu pasividad. Vos nunca me dejaste, no te di un sentimiento de aceptación y forcé para que no surja la naturalidad. Me golpeabas en mi frente para salir, en mi voz y en mis palabras. Querías que te dejé ser y yo luché con la peor de las jugadas. Te ignoré impunemente.
Pero hoy me ves que de a poco te estoy observando y te veo en un rincón dentro mío sentado con las piernas contra el pecho y la cabeza apoyada sobre tus rodillas. Un torrente de sangre te despierta y ves que te estoy analizando con cara de desconfianza y preguntándome si no es hora de que te deje ser libre. Tu mirada no es de piedad, ni de plegaria, ni de perro faldero ni de éxito. Solo mirás con naturalidad y me observás mirándote. Son siete segundos que conectamos en silencio. Pero la banalidad me distrae y el esfuerzo vuelve a mí y te ignoro. En ese momento una pequeña ira domina tu ser y golpeas mi garganta con tus uñas. El golpe me deja entumecido y la pasividad me hace volver a mirarte. Se que preguntas cuando te liberaré pero la exigencia todavía no me deja y tu tristeza me gobierna. Me llega y puedo sentirte inundándome de un llanto que libera una explosión de sentimientos positivos. Es un pequeño trance que te hace poner de pie. Así nos llevamos un poco del otro y nos miramos con algo de aceptación en estos momentos. Es una forma de cambiar nuestro camino y que los sueños comiencen a tener un rumbo prolijo en mi vida.