lunes, 1 de septiembre de 2008

huesped

Te encerré en mi cuerpo, cuando te vi llegar te ignoré con total impunidad. Desprecié tu talento y veo como te angustias perplejo con ganas de volar. Me perdí en las ganas de buscar una aceptación y en los deseos ajenos que quise cumplir. Te moleste con algunas burbujas que exaltaban tu pasividad. Vos nunca me dejaste, no te di un sentimiento de aceptación y forcé para que no surja la naturalidad. Me golpeabas en mi frente para salir, en mi voz y en mis palabras. Querías que te dejé ser y yo luché con la peor de las jugadas. Te ignoré impunemente.
Pero hoy me ves que de a poco te estoy observando y te veo en un rincón dentro mío sentado con las piernas contra el pecho y la cabeza apoyada sobre tus rodillas. Un torrente de sangre te despierta y ves que te estoy analizando con cara de desconfianza y preguntándome si no es hora de que te deje ser libre. Tu mirada no es de piedad, ni de plegaria, ni de perro faldero ni de éxito. Solo mirás con naturalidad y me observás mirándote. Son siete segundos que conectamos en silencio. Pero la banalidad me distrae y el esfuerzo vuelve a mí y te ignoro. En ese momento una pequeña ira domina tu ser y golpeas mi garganta con tus uñas. El golpe me deja entumecido y la pasividad me hace volver a mirarte. Se que preguntas cuando te liberaré pero la exigencia todavía no me deja y tu tristeza me gobierna. Me llega y puedo sentirte inundándome de un llanto que libera una explosión de sentimientos positivos. Es un pequeño trance que te hace poner de pie. Así nos llevamos un poco del otro y nos miramos con algo de aceptación en estos momentos. Es una forma de cambiar nuestro camino y que los sueños comiencen a tener un rumbo prolijo en mi vida.

3 comentarios:

ade dijo...

- No hay rumbos prolijos en la vida, sólo hay que caminar la vida, así como salga como se pueda, que es lo prolijo, que lo desprolijo? Simplemente camina. Sigo leyendote. Ade

Anónimo dijo...

Muy bueno!
Se libera, escribe, domina el que somos para los otros. El que queda encerrado parecería ser que es (uf!) el que realmente somos. Será asi? o seremos justamente un pedazo de libertad y un pedazo de encierro? A mi me gusta mas la poesía que nace del encierro. O por ahi es solamente una autojustificación.
JP

Naty's dijo...

La alegria llega y la tristeza se va, y es tan hermosa la sensación de esa liberación, es indescriptible y ademas es para siempre, mas alla de que luego vengan momentos de tristeza, ya que hasta esos momentos los podras vivir con plenitud y sabiendo que sin tristezas no se pueden saborear debidamente las alegrias. Espero que puedas entrar realmente al camino de la liberación que es muy interesante...te dejo mis saludos y agradezco el tuyo...y espero mas obvio ;)