miércoles, 27 de agosto de 2008

que hice con mi vida?

Cuanto tiempo desperdiciado,
buscando en lugares equivocados.
Cuantas ganas poco enfocadas.
Corriendo cuando a mi lado me esperaba ella sentada.
Jugando cuando debía estar hablando en serio.
Nada me importó demasiado, y ella me observaba.
Cuanta veces la lastimé y la herí sin querer.
Cuantas veces pude amar y preferí gozar el momento.
Cuantas veces lo efimero le ganó a lo eterno.
Así te perdí fuera de mí, cuando querías que fuera yo.
Me rechacé para que no hacerte daño.
Así te fuiste cabizbaja con algo de pena por mí.
Me viste viviendo la vida como un show,
y el payaso de la tristeza comiendo mi humandidad.
La alegría era poco organica y mucho de forzada.
Jugué con vos, jugué conmigo y la vida me pegó duro.
Me regaló una soledad que quemaba como un sol a la piel quemada.
Pensaste que aprendería rápidamente, sin embargo
mi exigencia me baño de superficilidad.
Junte cobardía y dejé el valor de lado.
Estallé de alegría y solo me quedaba el llanto.
Que no estalla y solo convive en mí como una plegaria a ti.
Me dejas de lado para que me rechacé y me discriminé.
Ya no soy tan amigo de mi soledad como antes.
Duermo junto a un amor de mi vida y recuerdo lo que me hace bien.
Me siento tan tranquilo y tan aceptado que retorno a mis origines.
Así me pregunto que he hecho con mi vida y
como puede ser que no haya tenido la inteligencia de no comprar todo lo que me venden
Buscando el punto donde me desvie del camino
Vuelvo para atrás con algunas heridas que dificilmente sanarán.
Me río nuevamente pero la carcajada no sale de mí.
Quizás algun día en algun río de amor te encuentre sentada esperandome.
Y dejaré de correr y me sentaré en tus piernas para pedirte perdón.
Esperando como un perrito desobediente que me des tu caricia del alma

viernes, 15 de agosto de 2008

Rasgar el alma

Mi teléfono sonaba a la madrugada, atendí sorprendido. Una voz me dijo que tenía que ayudarlo. Me dijeron si podía ir a la casa. Me llamó la madre, me pareció más raro todavía. La madre? Quizás era la hermana, pero corté rápido el teléfono y sin pensarlo fui a su casa. El camino era conocido y corto. Mientras manejaba no me imaginé nada, solo me dirigí a la casa de él sin dejar que mi cabeza como es habitual comience a hacer sus adivinanzas, a funcionar en forma exagerada. Así fue que llegué tranquilo. Toqué el timbre y la puerta se abrió. Conozco la adicción que él tiene, lo siento un poco perdido pero nada grave, nada de lo que no se puede arreglar con una simple terapia. Entonces entre en su casa y pude conectar con un rostro no supe de quién era, ni que hacía en la casa de él. No cruce palabra con el desconocido. Continué mi camino por la cocina de la casa. Lo vi a su hermano, estaba con un ojos totalmente perdidos. Sin saber jugar con la situación, apenas podía manejar su propia vida. Tampoco hablé una sola palabra con élsolo conectamos miradas y ya entendí que debía avanzar hasta su habitación. Entre a la habitación y estaba su madre. Su casi difunta madre con su hermana. Las dos se aliviaron al verme. Se reposaron en mí. Lo busqué a él en la habitación y no lo encontré. La hermana ya estaba en mis brazos y su madre inalterable comenzó a hablar. “Está en el baño… No quiere salir”. Una coraza de hierro la filtraba de la realidad. Mejor así, no hubiera soportado ver una madre destrozada y pidiendo ayuda al cielo. La dejé a la hermana que llenaba su cara de pesadas lágrimas y me dirigí al baño donde se encontraba él. Entré y ahí estaba él, sin ropa y sin pelo. Fue una imagen electrizante. Se había afeitado la cabeza y el cuerpo entero. Y tenía la afeitadora con filo en la mano. Fue terrible verlo así. Disimulé la sensación y me miró con la mirada perdida. Los ojos casi brilantes y me reconoció y parecía haberme esperado. Entonces me abrazó fuerte. Duró unos segundos y lo miré preguntándole qué estaba ocurriendo. Intentó decirme algo pero solo balbuceó algunas palabras. Nada de lo que se decía era claro. Nada de lo que estaba ocurriendo era distinguible.
Pense que me había esperado a que llegara porque era la única persona que podía evitar su muerte. Con las agallas suficientes como para sacarlo de ese baño en soledad. Me miró y luego se ensimismó por unos minutos. Hundió la afeitadora en su brazo, sin hacerla cortar solo presionó sobre sus venas como queriendo alcanzarlas. Grité de miedo y comenzó a rasgarse. Parecía haber un muro entre el baño y la habitación de él. Ninguno de los familiares intervino. Entonces junté un poco de coraje y quise interrumpir la peor de las tragedias. Levantó los ojos y me vio como un completo desconocido. Era una persona fuera de sí y comenzó a atacarme con esa afeitadora. Me rasgó los brazos. La sangre comenzó a salpicarse por las paredes.

martes, 5 de agosto de 2008

Una sola vez le gané al sol y amanecí antes que él.

Me descubrió limpio de alma y con una felicidad oculta que quería despertar con la esperanza en tu mano. Me dio unos besos que afectaron positivamente todo mi cuerpo. En ese momento, aunque el amor no haya tocado mi puerta me di cuenta que no olvidar que uno es un ser sensible, en un extremo tan alto que puede llegar a ser de una especie única. Transformándome según el entorno en el que me manejo me veo rodeado. Brindo buenas energías que me rodean en forma armoniosa. Otra vez me veo enrollado en un ensimismado de mí que me mantiene lejos de toda maldad. La vida parece tan cercana a ser lo que imaginé cuando era chico. Esos momentos que jugaba con ella como si fuera tan fácil.
Hoy me levanté antes que el Sol y pude ver eso que siempre quise: La vida es bella. Cuando los peores factores externos ruegan ingresar en mí yo los transformo con una magia que los convierten en alegría. Con esa sonrisa en mi rostro que ilumina algunos caminos me siento divertido y con ganas de vivir.
Hoy me levante antes que el Sol y dentro mío estaba eso que me da seguridad, confianza y amor. Esa esencia sensible que me conecta con mi más verdadero rostro. Donde lo importante de la vida renace y me mantiene expectante y descubriendo esto que hace cosquillas en mi estómago. Como cuando uno se enamora y una catarata de estrellas de miel revolotea en nuestro interior. Así descubro cosas de mí que nadie conoce y reconoce. Ni siquiera yo sabía que esta luz interior iluminaría mi camino. Cómo describir lo más racional esa luz. Cómo describir lo que es amanecer antes que el Sol.
Ya salió el Sol y la esencia sigue dentro mío como un haz de luz.
Es armonía que transforma todo lo negativo en positivo como un alquimista.
Es un poco de esencia de vainilla que le pone gusto a todas las comidas.
Es eso que no se puede explicar cuando uno se enamora.
Son esas cosas que hacen que la magia ronde por mi vida.
Es la sensibilidad de ver la tristeza en tu rostro oculta desde una máscara de ausente alegría.
Es volverte a ver y saber que mi vida ya es diferente y quiero alguien que me haga bien.
Es creer en mí y en la forma de sentir.
Es ver las cosas que me hacen feliz.
Es tener la esperanza de encontrarte.
Es tener que bañarme para ir al trabajo porque hace rato que salió el Sol.