viernes, 21 de agosto de 2009

Explosión natural de letras

Me resistí a seguir olvidándome de una parte mía que me da aire. Estoy en un momento cruzado. El jueves pasado dejé a mi psicóloga y hoy, después de una semana me quiero sentir liviano. Pero sin embargo estoy cargado, lejos de la fe que últimamente me lleva por un camino que me conecta con una alegría interna intensa. Igual en este momento estoy enroscado y debería hacer algo al respecto. Una meditación, respiraciones, y demás cosas. Pero no tengo ganas. Quiero quedarme con esta sensación de malestar que me llevó a comenzar a escribir estas líneas. Son impresiones mezcladas con una realidad que a veces no alienta a seguir adelante y me hace preguntar adonde va a terminar esto. Veo todo ese amor que quema por adentro y no hay lugar donde depositarlo. Ayer un cuerpo durmió conmigo y sin ganas de tener sexo conmigo. Pensé que había sido positivo pero solo me hizo sentir que no podía seguir así.
Entonces respiro hondo y la veo al lado mío y yo encima de ella como un perro faldero. Ella con la histeriqueada de siempre de la cual no puedo escapar. Esto me ocurrio hace unos minutos también, otra señorita que me llama para que vaya, voy y ella se va antes de que yo llegue. No se puede creer cuanta mala onda que tengo encima. En su momento lo sentí muy desagradable porque la historia se repite una y otra vez. Nuevamente caigo en esas redes que me llevan a mi amor maternal.
Pero no todo se ve mirando con una lupa. Y cuando veo este presente en general lo veo con un aire de bienestar de amor que rodea. Pero ahora estoy pensando de más y me enrosqué con mi propia cola y casi me está asfixiando. Hacía aproximadamente treinta minutos antes de que esto pasara estaba en armonía total.
En serio, no puedo andar buscando el amor donde el vacio y la insatisfacción abundan. Me siento abandonado en su máxima expresión. Quiero ir por el camino despejado en el cual no tenga que estar esforzando mi vista para ver. Adentrarme en pantanos obscuros cuando hay playas despejadas esperándome. Nuevamente esta última frase me sirve para encontrarme con mi fe. Esa que me hace respirar un aire cálido día a día, sentarme a pensar en mí. Y volver cada vez que puedo a mis fuentes. Entonces las dulces voces aparecen en mi cuello y busco sin más que bondad el camino que me lleve al descanso. La muerte me espera, pero no me deja llegar ahí sin haber transitado estos pasajes que me llevan a la fertilidad de caminar bajo un sol de esperanzas. Buscamos solo a veces la felicidad pero en otros momentos la injusticia arde en mis ojos.
Nos miramos unos a otros y reconocemos ese ser Divino que hay en cada uno, cuando todo parece áspero y religiosamente austero. El amor floreció de un pantano, como una flor del loto. Por momentos, me siento como un ser ejemplificador que transforma toda energía en positiva. Ayudando a su alrededor sin más que que una sonrisa saludaBLE y unas manos arrugadas transpiradas por los nervios de esta vida que parece tan irreal.
Apareció esa bella anciana cercana en uno de mis sueños. Eso fue real. Pude tocarla con mi mano. Recordé por su reacción que no estaba acostumbrada a que la toquen con amor. Por eso se inquieto. Me dijo que no todos podían recibirla tan cordialmente. Me sentí muy a gusto con su presencia, estaba emocionado y la extrañaba tanto que pudo ser real o no, me senti reconfortado. Me contó acerca de la muerte y me llevó a ver a alguien muy grande que me dijo que todavía se podía armar una historia en esta vida. Crecer en todos los sentidos, sabiendo que no se puede aflojar y que es mas facil transitar el camino despejado que doblar para adentrarse en la osucridad del pantano.

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