lunes, 21 de diciembre de 2009

Peru Capitulo 3 - Perdido en Lime

Llegué a Barrancos por recomendación de Lucas, un “pata”(amigo en peruano) que es habitué de Lima. Llévame a “Larcomar”, le dije al taxista. Te llevo pero te convendría ir a la plaza Kenedy que es cerca. Bajé en la plaza Kennedy y quería comer. Entonces, veo a un grupo de activistas en contra de comer carne. No sé por qué tenían cara de enojados. Muy protestantes. Me acerqué a uno con miedo y le pregunto sabes algún lugar… y ya me miro con ganas de discutirme. Tartamudeé un poco y le dije, algún lugar que vendan comida vegetariana. Le cambió la cara. Y me indicó adonde quedaba… “Ben Briches”, no se llamaba asi pero entendí eso. Obviamente, después de cruzar por la iglesia de Lima con un pesebre con la cancioncita de navidad, llegué al restaurante y estaba vacío. "Por qué está vacío?" le pregunté al mozo. "No se, es medio tarde". Quería pedir Omelete con queso, había, pero pedí un guiso de carne vegetariana porque el mozo quería que pida eso.
Paseé por la plaza y encontré lo que estaba buscando… un pullover Peruano. Encima tenía capucha y cierre. Azul con blanco. La señora mayor que lo vendía me dijo un precio para que lo baje. Me pareció increíble y barato de todas formas, así que le baje dos soles para que no se sienta mal ella. Calculé que con esa compra había ganado 50 soles que podía gastar esa noche, gaste plata para poder tener más esa noche. No tiene mucha lógica.
Fui para Larcomar (con mi busito nuevo, estaba contentisimo), un lugar recomendado por todo los peruanos. Es a la orilla de la playa, metido por debajo de la calle. Hay que bajar una escalera. El lugar era paradisiaco, hay una barandillaa que separa el mar que está como a 200 metros abajo tuyo y hay una zona de un bar que está arriba de un médano común y al borde de un precipicio al mar. No me parecía seguro pero era muy lindo. Larcomar es un centro comercial para jóvenes con boliches y lugares asi. Entré un bar, el único que no había que pagar. Aunque una vez adentro me dijeron que la consumición mínima era de S/25 y todos los tragos estaban S/24 o 22, una porteñada.
El bar tenía habitaciones chiquitas y tenía vista al mar y a una cruz iluminada en blanco. Llegué y había lugar solo en la barra. Así que me acerqué a dos grupitos femeninos y le pregunté a cada una por separado si me podía sentar ahí. Las dos me negaron, creo que estaban ocupados y se les complicaba hacerme un lugar. La verdad estaba muy positivo, ni me importó. Me senté en la barra. Cuando empieza la música vi que la voz no era original. Quien canta le pregunto a la moza. La chica de ahí. Ah, era un canto bar sentados. Buenísimo, el lugar me hizo acordar al cantobar de la película “Perdidos en Tokio”. Estaba muy contento. Era una linda noche. La camarera la primera chica del viaje que me parecía atractiva, con el resto no tuve onda y no nos gustábamos mutuamente. Me hubiera gustado que este Daro, para que me diga, “Viste que linda comisura de labios que tiene esa“ o cosas así que solo Daro ve. Le pedí un papelito para pedir una canción. Me trajo la carta de canciones y me pedí “Celos de Mi Guitarra” de José Luis Perales. Todos pedían canciones de joda, pero yo tenía ganas de escuchar y cantar esa. Entregué el papelito y me dije "buenooo, hasta que no me toque a mi no me voy a poner nervioso. Me traen el micrófono al instante que pedí la canción. Uh. Me dicen que no está esa canción. Que le diga otra rápido. Me salió “Color esperanza” de Diego Torres. Malisima. Comenzó el tema y estaba bien, la cante entera, al final ya estaba aburrido y la gente aplaudió. Aplaudían a todos igual me di cuenta. Lo disfruté más cuando terminó que cuando la cante.
Salí del lugar después de dos horas, los peruanos cantan muy bien naturalmente. Entré a otro lugar. Esta vez era un boliche. Gente muy ajena, diferente a lo que había conocido hasta el momento. Mucha histeria, mucha imagen, muy “top”, uff. Me sentí muy solo, podía haberme ido, pero tenía ganas, muchas, de conectar con alguien. Hasta el momento no había podido conectarme con nadie, apenas conmigo por momentos. No encontré otro remedio que emborracharme. Me pedí un whisky, después otro. Fume. Ahí estaba sonriente y rodeado de gente, pero solo y angustiado por dentro. Eran pensamientos tan internos que el momento no los visualicé y solo bailaba y buscaba un poco de cariño.
Baile con una chica que se fue en la mejor parte, no sé cómo hacen para desconectarse tan fácilmente, yo seguía ahí. Al rato la veo con un chico, debe ser su novio pensé para consolarme y... otro trago.
Arriba en el vip una chica me parecía linda. Le pregunto con señas si quiere bajar y me dice que no. Al rato estaba abajo asi que nos pusimos a bailar. Vestía un babydoll arriba y un jean. Era muy linda y bailamos largo y tendido, la invité al día siguiente a que me saque de paseo. Me salió el perro faldero, pero la verdad tenía muchas ganas y con la borrachera ya casi que sentía cosas por ella. Era el cumpleaños de su madre, me dijo. Intercambiamos datos para volver a vernos, cosas de borrachos. Antes de irme le regalé una lucecita que me dieron para el carnaval carioca o algo así.
Sali bastatnte perdido en todo sentido. Tomé un litro de agua para limpiarme de todo antes de llegar al hotel y dormirme. Antes busque una último intento de "quereme", dos chicas que piden un taxi, van para "San borja"?. Con el pullover azul puesto no podía perder: "No". "Ok, ahora sí, a dormir por favor, no doy más. Gracias. firma:El cuerpo".

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